Eduardo Lavadí

mencionado por:

Omar Tagore


menciona a:

Mario Maciel
Omar Tagore
Carlos Rosas
María Inés Castro


bio/biblio:

Quiero resaltar aquí mi condición de escritor-“tallerista”. Concurrí al taller literario de Tacuarembó desde su inauguración en 1989 por la profesora Kydia Mateos.

1990 – 1997. Taller coordinado por M. Olivera.
1998- 2000. Taller coordinado por Gerardo Ciancio.
2001 – 2004. Taller literario auspiciado por el Ministerio de Educación y Cultura.

Obra publicada en libro:

“Poetas de Tacuarembó”
(Editorial Monte Sexto, 1987)
“La Abadía de los Pensamientos”
(Editorial Arca, 1994)
“Voces otras” (Antología del taller literario de Tacuarembó
Ministerio de Educación y Cultura, Montevideo, 1996)

Nací en Tacuarembó, en 1958.


poemas:


AIRE

I
Un aire joyceano de lupus,
Isisnice, Baphomet, y diceminaria:
¿ Es un invierno de lúmina?
¡Es un invierno de piedra vegetal!
Es un invierno que no es ¿se abisma?
Quién sabe cuántas fantasías necesarias
Para anunciar la llegada
Del tren tiempo a la estación invierno.

II
Un árbol joyceano de lupus, Isisnice, Baphomet;
Y diceminaria está índigo y alto
Contrario a ayer, bajo y encendido.
Imagen directa: árbol.
El árbol se apaga en su propia sombra
Apareciendo y desapareciendo
De vez en cuando con un temor bizco
A sus propias inmensidades.


REESCRITURA

Lugar: ninguna parte. Día: algún día. Fecha: ¿quién sabe? –Un pedazo de papel. Diez minutos de estrellas.
¿Un jueves de lunas solas y soles solos? Un reloj de penumbra dispara sus flechas-agujas de tiempo contra un espejo. Espejo-madre-padre no de la nada sino de una barrera invencible de espanto.

REESCRITURA 2

Sueño que soy otro. Hoy es un día (en el sueño) entre flores, entre sangre. Una flecha lanzada al aire (espacio). Un tren nocturno pasa por mis ojos; un pasajero ve tropezar a una mujer y exclama: “estar en el mundo horrible es bueno”. Mujer-Ermessende construye hacia adentro. Ella principia su discurso alto. La protagonista del sueño es una mujer con laúdes y manzanas.

REESCRITURA 3

Se van, se levantan iluminados los lados: cópula, lengua, diceminarias. Lupus, bóveda, cúpula. Mujer-nombre. Voz, boca, labio. Lengua, los nombres de los nombres con curso de agua idiomática.


EXPERIENCIA

El agua critica aquellos relatos donde aparecen
Las zonas más trilladas del lenguaje humano. Una
Luna camp, kitsch, bizarra. Me despierto
Adentro de una pesadilla controlada
Por los lagartos del mal gusto, la frase hecha,
La imagen socorrida, el lugar común. Lugares comunes
Que no ofrecen un espacio para la heterodoxia.
Rock gaucho, mapuches punkies, o la lucha de clases
En el debate entre Antoni Tápiez y Joan Brossa.
Yo vengo de un mundo habitado
Por el experimento proletario de Brossa, un mundo
Habitado también por el azar.
La casual ¿cauta, incauta? improvisación del jazz.
Entonces el choque frontal
Contra el metalenguaje, digamos, sólo por poner un ejemplo, del
Versito característico de la enseñanza primaria,
El estribillo del sistema educativo formal
Desencadena en mi subjetividad una rebeldía pueril,
La enfermedad infantil del trotskismo.
Mi extravío en la selva oscura me lleva de la mano
A la solución encontrada por el arte pop. Me resisto
A esa subordinación tan penosa, el relato lineal.
-¡Un sol doctoral, profesoral, magisterial!-. Me ubico, prácticamente,
En el plano del lenguaje de los esquizofrénicos. Luego, me escapo de allí,
Para refugiarme en la lengua y la escritura de las personalidades fronterizas.
Releo lo que escribí hasta ahora y siento el temor de no ser entendido
En un contexto ajeno al que produjo mi reacción.
Teatro en las fábricas abandonadas por el capitalismo salvaje. Mi
Mirada se pierde en el horizonte neoliberal.
-¿Cómo hacer estallar una luna splatter?-.

Martín Natalevich




mencionado por:


Alex Piperno
Laura Chalar


menciona a:

Rafael Courtoisie


bio/biblio:

19 de junio de 1985 gana una beca para darle una vuelta al día en los mundos que sea 20 de junio de 1985 el jurado se arrepiente y decide condenarlo a una estancia duradera algún día de 2002 lo declaran loco y él se hace cargo del mérito (o al revés) otros días de 2002 escribe poemas convenientes de olvidar un día inolvidable de 2004 escribe su primer cuento nabo va con b corta por el que es premiado y supone que puede volver a hacerlo si esto de ser premiado es tan divertido 2005 la escritura se ha convertido en cosa seria es por eso que tensiona el rostro frente al monitor e intenta escribir poemas y cuentos 2006 hace que estudia comunicación social y pretende llevar los muertos de los cuentos y los otros también a una novela todavía inconclusa claro está 2007 aún no le han revocado la beca y como no encuentra una mejor manera de ver pasar el tiempo escribe.


poemas:


a juan carlos

i

nadie
por decir algo
nadie pudo haber sido
tan feliz
en la desventura humana
nadie será
como nosotros
en esta dicha
nadie

ii

si fuésemos la llama impoluta
si recibiésemos el castigo supremo
juntos
si fuéramos
juntos


desde el alto

volver al alto para ver correr el río
volver al tajo para tomar la balsa de piedra
y perdernos los tres en el cerco final
yo
también tantas veces puerco
tantas veces vil o estúpido
en el único sentido estúpido de la estupidez
yo
que te leí en otras páginas
vuelvo a ti reis
con el mudo latir de adamastor en mi espalda
yo
vuelvo a ti
para ver morir al sol
desde el alto de santa catarina


escarchadas

se escarchan sobre la sábana
juegan a los de la mil y una noche
abriendo cabos
putas en fosas comunes
las toco y no es proeza
no hay una gota
gemido excusa víscera
que las diferencie

Emiliano Martínez



mencionado por:


Alex Piperno
Laura Chalar
Adolfo Sarmiento
Ramiro Sanchiz
Laura Cesarco


menciona a:

Fernando Foglino
Martín Barea Mattos
Rafael Courtoisie
Adolfo Sarmiento


bio/biblio:

Emiliano Martínez (Montevideo, 1976). Entre los años 2004 y 2006, recibe un primer premio y más de veinte menciones en el Concurso de cuentos y poesía b´nai b´rith internacional-filial jai (ediciones Banda Oriental ). Sus textos fueron incluidos en diversas revistas: Lsd, La Farola, Freeway (Montevideo - Uruguay); Versal Wordsinhere (Ámsterdam - Holanda) y Río Grande Review (Texas – EE.UU). En 2007 publica su primer libro Enfermos calamares en su tinta (ediciones artefato ) y recibe una mención por su libro Los jardines de yeso en el Concurso 4º aniversario casa de los escritores del Uruguay. En 2008 integra la publicación Antología de poesía Uruguaya y Dominicana del siglo XXI - Plata caribe (Montevideo – Santo domingo). Es arquitecto egresado de la facultad de arquitectura de la UdelaR donde desempeñó cargos de colaborador docente en varias cátedras. Actualmente realiza estudios de posgrado en la ciudad de Sevilla, España.




poemas:


hay incesante
donde muero cada día
una esencia de abreviar
una fugaz manera
de volverme humano o
..........................solvente

las formas de arte persuasivo
destiñendo los billetes sus
viejos rostros

y mis dedos como
enfermos calamares en su tinta


dentro de la mano
la seña blanca impúdica
la maniobra del sexo verbal

intenta hurgar en mi llaga
una parte del cuerpo abierto

el otro
su trozo de carne elástica:
césar

observa la poesía
es inútil porque enseña a mentir

la mano es poesía porque es
un conjunto palpitante de
mentiras

la mano
inútil y exquisita
como un epiquerema vencido


aún es más fácil
soportar el viejo camuflaje que
otra herida

devolver al aire lento
su deuda de hambre vencido
y perder
a un ojo por día
los trozos cerrados del camino


viví en mis
cuatro nombres
como un inquilino moroso

nunca saldé
aquellas deudas

ni mudé los apellidos
que me dieron los otros.


el silencio de mi carne es un peso antiguo

puedo perdonarme invertebrado
sostener incluso
una informe abundancia de saliva sobre
la cabeza

alguien comerá mi carne mojada?

la herida ya bebe de los años su
corrosión sintética
su flojera roja y decaída pero ella
ama

del blanco hilo recorrido en los intentos
ama mi sueño

yo odio la pesadez de mi carne al
cerrar los ojos
como un recodo imaginable
colgado de un trapo viejo
sin vestido


sitio web:

http://emilianomartinez.blogcindario.com/
http://lasfrutasyloquenosirve.blogspot.com/

Melisa Machado



mencionada por:

Paula Einöder
Aldo Mazzucchelli
Teresa Amy
Francisco Tomsich
Alejandro Keller
Laura Martínez


menciona a:

Amanda Berenguer
Aldo Mazzucchelli
Roberto Echavarren


bio/biblio:

Poeta, periodista, crítica de arte (Durazno, 19 de enero de 1966). Estudió Letras, Psicología, Comunicaciones. Fue editora y asistente de edición en diversos medios de prensa. Desde 1990 hasta la fecha escribió en El País Cultural, Qué pasa, Brecha y en las revistas Punto y aparte, Posdata,Tres, Arte y Diseño, Dossier Cultural, entre otros medios de prensa. Desde hace cinco años se desempeña como terapeuta corporal zen-shiatsu. Publicó Ritual de las Primicias (Ed. imaginarias, 1994), El lodo de la estirpe (artefato, 2005) y en varias antologías. Por su obra poética ha recibido diez premios y menciones en los concursos literarios de la IMM y del MEC. Este año (2007) ha sido seleccionada como jurado en el concurso anual de literatura de la IMM, en la categoría poesía.


poemas:


El lodo de la estirpe (fragmento)


1.

Yo remaría contigo hermano,
vuelta sobre ti sin muertos ni manzanas.
Con dedos de niño y migajas de pan
volcaría tu cuerpo sobre tierra blanda.
No habría oleada de piedra,
sólo tu piel lustrosa como lomo de perro
y las brillantes fauces mojadas.


2.

Llevo la piel atada en jirones:
las raíces atascadas,
colgadas como una estola.
Uso el rostro marcado,
tengo suelto cada diente:
bailan en mi boca como un puñado de piedras.
Llevo la boca saturada por un vino exquisito,
brebaje rojo:
áspero rezumadero de mis tajos.
Labios abiertos más allá del grito.

Y aún no es bastante.

Dios levantó la piel de mis huesos,
dejó los pómulos ventilados,
las venas expuestas,
perseguidas por la sombra de una extrema delgadez.

El hierro quemó como plancha
y tuve olor a brasa y a carne asada al mediodía.
Fue la quema de todas mis edades.
Sepultada ante siglos de arena
cubrí los costurones con empastes de hierbas.
Acaricié hasta el hartazgo los duros bordes de las heridas.
Profané su obra en honor a mí.
Esculpí mi rostro para arrebatarme
después
ante el reflejo de sus ojos.
La piel se secó,
se estiró,
se volvió blanca.
Demasiado apremiante mi deseo quedó exhibido ante las bestias.
Recibí grito látigo fiera
Fuí desmesurada:
bruja inmóvil,
atroz maleficio de mis juegos.
Acabé metida en una hoguera
vuelta al revés
devorando uno a uno
los pequeños huesos de una rana.


3.

Alojaba un cachorro de hombre
enorme, sediento.

El cordón enroscado al cuello,
tres veces vuelto.

La bolsa tiró.
Fue botella volcada,
herida sin dolor como golpe que anestesia.

Alojaba un dios como pulga escondida:
bicho pequeño,
adorador del pliegue tibio.

Se dispersó el líquido por las junturas de las baldosas.
"Se me rompió algo", dije.

Y después hubo fiebre, orejas moradas, bocas confusas.

Yo reinaba en la tierra:
soberana doméstica sentada a la proa del barco,
con velas blancas como sábanas,
rojas como sangre ida.

Y la cabeza del niño tenía plumas,
sedosas como sus pies aún sin uso.

Inmenso e inflado
el vientre era fuelle que escondía y lanzaba luz
hacia allá.

Una sibila erguida a mis pies tiró de mí,
lo alejó para que fuera.

Mordió mi corazón, me dejó insomne.

Alimenté la boca escondida del dios,
asperjé leche.

Acaso su nombre se hizo perfecto
como la punta de la flecha
o el calor de la piedra al sol.

Arropé su cuerpo como entraña.
Hice lugar fuera de mí.


4.

Bestias desatadas los hombres
entregados a las mujeres mientras dura la noche.
Y yo,
ser andrógino mecido por una música insistente,
la cabeza girando hasta la planta de los pies,
un círculo encadenando mis pezones.

Delgado,
con el vientre liso,
llevo sin embargo la marca del hijo:
pozos en la piel dispuestos por la gracia de ser madre,
surcos dejados por el pasaje.

Cubro mi cuerpo con un lienzo:
noble atavío para mi delgadez,
eficaz arma contra el conjuro.

El cuerpo gira y lanza un grito.
Huellas en el polvo dejan los dedos
y los labios son heridas abiertas por el clamor.

Sudo savia para ti,
quemo grasa animal para tu regocijo.

Ácida es la caricia de la cuerda sobre el muslo.
Acre es el alivio
acompasado por el frenético golpeteo de tablas
y el rasgueo de arpas
y guitarras.

Y a la leche de la luna
se le suman remolinos
que levantan la piel de los que miran.

Más allá del lugar
donde los hombres
son desatadas bestias entretenidas
gozando el beneficio del tormento.

Tales son mis palabras
y aquel que participa tiene vedada la comprensión.

Los bienes serán repartidos
y yo me enriqueceré con la mies.

Aunque ahora no sea más que agua y sal
en la más alta marea.

Ser confuso y desbocado como océano revuelto.

Enseñaré el origen del mal.
Enseñaré el origen del bien.

Y tú vendrás por el camino del que busca a dios
y no lo encuentra.

Y si vinieras,
hablaríamos de los placeres de la carne
y de los dones del espíritu.

Y si todavía no lo creyeras,
verías orinar a los hombres a los pies de los caballos,
verías a los niños hincar los dientes en los panes de cebada.

Y serán dulces las hojas erizadas de la ortiga.

Te convertirás en hombre de alma seducible,
conocedor del mal antiguo
y del espíritu indomable de los sueños.

Gabriel Richieri




mencionado por:

Fernando Foglino
Gabriel Peveroni
Alejandro Ferreiro
Pablo Galante
Thiago Rocca
Guillermo Baltar
Héctor Bardanca


menciona a:

Claudio Burguez
Alejandro Ferreiro
Thiago Rocca
Nicolás Alberte
Luis Bravo
Alejandro Tuana
Claudia Campos
Virginia Lucas


bio/biblio:

Gabriel Richieri (1962)

9,80 de Común, por favor, 1996 LATINA (incluye Golpe de Dominó y Espacio aun Breve, 1er premio nacional de poesía inédita del Ministerio de Cultura 1990).

42 (Cuarenta y Dos), 2004 ARTEFATO, colección GRITO DE POESÍA.

Cursa Licenciatura en Letras, en Facultad de Humanidades, entre 1989 y 1991. Forma junto a Daniel Vidal y Luis Volonté el grupo de acción poética Los Malditos, con quienes llevó adelante el ciclo de poesía Arte de Marte. En 1993 y 1994 integra la compañía de espectáculos Moxhelis y con los hermanos Burguez crea la discoteca alternativa Amarillo. Durante todos estos años, en la búsqueda de la difusión de su poesía, junto a artistas de diferentes áreas como Claudio Taddei, Daniella Passaro, Luis Bravo y Alejandro Tuana, se desarrolla como performer. En 2007, con Gabriel Cordova, forma Chicas Japonesas, banda donde interpreta sus textos.


poemas:


Órbita

soy un satélite
alrededor de tu cuerpo
no me alejo
no me acerco


Diálogo

ella:
sos divino
él:
silencio
ella:
me encanta cómo sos
él:
silencio
ella:
me encanta lo que decís
él:
silencio
ella:
sos una persona tan especial
él:
silencio
ella:
a veces me parece que estás loco
él:
silencio
ella:
no te das cuenta de lo que decís
él:
silencio
ella:
me estás lastimando
él:
silencio
ella:
no puedo verte
él:
silencio
ella:
te odio
él:
silencio
ella:
te odio
te odio
te odio


Limpio

mientras lavo los platos
paso detergente
a todas las paredes
interiores de mi cuerpo
con la parte verde de la esponja
no hay más tiempo que perder
pretender ser cuidadoso
es muy pretencioso
lo mejor es amputar
cualquier rastro
quedarme por dentro
bien limpito

Martín Barea Mattos



mencionado por:

Alex Piperno
Laura Chalar
Fernando Foglino
Nelson Díaz
Emiliano Martínez
Mariella Nigro
Thiago Rocca
Adolfo Sarmiento
Francisco Tomsich
Magdalena Ferreiro
Santiago Márquez
Javier Etchevarren


menciona a:

Maca Wojciechowski
Ernesto Rizzo
Virgina Lucas
Omar Tagore
Inés Trabal
Wilson Cardozo
Javier Etchevarren
José Jorge
Guillermo Baltar
Gerardo Bleier


bio/biblio:

MARTIN BAREA MATTOS ( montevideo, uruguay, 1978 )

poeta, cantor y artista visual.

ha publicado los libros de poemas:
FUGA DE IDA Y VUELTA ( LA GOTERA, 2000 )
2995, CADAVER DEL DIECISIETE ( ARTEFATO, 2003 )
LOS OJOS ESCRITOS ( 43 PREMIO FERIA NACIONAL DE LIBROS, 2003 )
POR HORA POR DIA POR MES ( ESTUARIO, 2008 )

en música ha realizado el disco POR HORA POR DIA POR MES (edición de autor, 2007), que cuenta de interpretaciones e improvisaciones con músicos en distintas presentaciones en público.


como artista visual, ha expuesto pinturas y ensamblajes, realizado videos y performances en uruguay, argentina, brasil y méxico.

coordina desde 2006 a la fecha, el ciclo de lecturas, performances y recitales, RONDA DE POETAS, que se realiza todos los jueves con tres artistas invitados en torno a la poesía.


poemas:


en la esquina de mi casa un gran baldío...

En la esquina de mi casa un gran baldío
entre la iglesia y mi casa
el gran baldío del gran éxito
fracaso pequeño asolando el solar
de la gran obra

el océano es el baldío por donde llegó
y la televisión empeñó las joyas de mi abuela

saqueos familiares a control remoto batallón

la tumba es el baldío clandestino de la patria
y el yingle
himno y canción

el baldío un parking
estacionario
con cochecitos
llorando
o una casa profanada

y alarma sin patrón.


soy alérgico al pan...

soy alérgico al pan y estoy flaco
por eso imagino el trazo trozado
de un pedazo de poema
y junto las migas
y doy gracias
antes
de untar
la manteca


para los que sueñan despiertos

Que te libere
cualquier caballo
con su herradura
y sea suerte
tu cerradura
en la dirección
de los paisajes
del amuleto
de la razón

que te libere
aquel herrero
de toda reja
o del llavero
tu cerrajero
de toda queja
que trotes siempre
portándola
llave maestra

de los paisajes
del amuleto
de la razón
con tu herradura
y sea suerte
en la dirección

de las estatuas
de la doctrina
del escultor
penden los héroes
los edificios
de la actuación

de toda reja
de toda queja
portándola
llave maestra
de los paisajes
del amuleto
de la razón
con su herradura
y sea suerte
en la dirección

aquel caballo
con su herradura
que te libere
de las razones
del amuleto
que trotes siempre.


ver-ano amor-fo

Sin ruta no hay verano donde huir cual ratas de un barco ciudadano que no deja de hundirse a pesar de las alcantarillas de los alegres esfuerzos de la red cloacal. El verano nos espera para que dejemos la forma de vida privada del amorfismo natural. Nada tiene tanta coherencia como las paredes: el orden propio de nuestro ombligo hábitat. Llego por fin a la playa. No estoy solo. Tengo novia nueva como el verano como el primer día de verano como la ilusión del primer baño oceánico. En este momento una firma de cosméticos se apodera de mi piel. Un siglo de playas ha transcurrido revolucionando diseños liberadores pero el sol tiene cáncer. Ana María se divierte tomando sol de espaldas y repitiendo su nombre de forma que dé forma al cambio de nombre. Le unto las nalgas. Le prometo una corona de algas. Un castillo de arena domina la playa. Una familia de niños perpetúa los sueños del lejano monarca. El sol tiene cáncer pero no el don divino del niño que con una pala defiende el castillo y domina la playa. Al mediodía la marea me pone a almorzar entre ademanes corteses junto al francés y la inglesa. Los habíamos conocido junto a Mariana en el jeep que nos dejaba en el pueblo. Los había convidado con nuestra infusión taza de mate. Ella tomaba improvisadas clases de rústico tango con un porteño en un salón de árboles. Llegaron a Sudamérica como voluntarios de ayuda humanitaria. La inglesa como profesora de inglés en la cárcel. En perfecto español me explicó que los infaltables alumnos apenas escribían en castellano. Ella terminó aprendiendo nuestro idioma o al menos cómo viven los presos. Titular: fracasó la ayuda humanitaria. Nos reímos bebemos vino blanco. Ella dice que le gustaría vivir en nuestro continente but it’s so far muy lejos de su familia. Esperamos noticias de la carta. El francés estuvo en Ecuador. Hace tres días que se conocen, nosotros hace tres meses: brindis más vino blanco: trasluz de espuma sobre la orilla bajo un audio de gaviotas: brisa de sombrero con banderilla verde: colores velados por lentes negros. Nos cuenta que en Francia todo está muy mal. Comentamos las últimas noticias sobre incendios provocados por inmigrantes franceses hijos de inmigrantes franceses autos incendiados auto-incendiados. Él no quiere más estar allí. Llegó a Ecuador como profesor de francés pero terminó trabajando junto a la comunidad indígena refaccionando chozas y enseñando técnicas arquitectónicas elementales para mejorar la precariedad de vida. Titular: primer daño colateral fracasado se transforma en ayuda humanitaria: risas brindamos. llega la carta que esperábamos del mozo. Escogemos las porciones que sobran de la oferta culinaria. Estamos en un restorán fundado en la precariedad de vida. Pienso en eso. Miro alrededor. Superpongo imaginariamente los ranchos de los pescadores sobre una plancha de postales de cantegril: misma arquitectura: misma estética: forma amorfa. Respiro hondo como si buceara. Me quedo alelado con los ojos cerrados y los lentes abiertos al sol. Un beso me sorprende. Una lengua dibuja algo parecido a la marea. Avanza se retira me deja los dientes mojados como rocas. Llegan los mejillones un pez llamado angelito de león empanadas de cril. Alimento de ballena pienso y recuerdo unos explicativos sobre varamientos de orcas delfines lobos marinos. No recuerdo nada en realidad solo la fotografía. De la muerte varada y un montón de curiosos. Ninguno culpable. A pocos metros está sentado Ombú gran dibujante. Sospecho con otra lámina imaginaria acierta algo pero no lleva lentes. Por estos días dedica textos y dibujos a la ley impune a la arquitectura impune. Ana María repite su nombre en un beso rápido. Sin lengua. Extraño lo amorfo de aquel beso: la lengua. Sigo escribiendo porque el lenguaje perpetúa los besos cuando son recuerdo. Mariana averigua por qué mueren los lobos marinos: los pescadores los matan por entrometerse en sus redes. Los asesinos vuelven a la orilla treinta años más tarde. El lobito extravía a su madre y encalla en otra vida. Su madre vivirá si no se cruza en las redes de los pescadores. Superpongo el rostro del lobo muerto a la tapa de un diario capitalino. Todo es parte de mi imaginación: no culpo a nadie me amparo en la ley: la ley amorfa. Dedicando un dibujo en la arena dura. Más allá un niño cava sobre un batallón de fósiles y arena. Desarma un castillo viejo. Que no encuentre lo que pienso. No puede encontrar lo que piensa mi cráneo. Vuelve a inscribirme la lengua su beso.


sitio web:

www.geocities.com/martinbareamattos
www.myspace.com/rondadepoetasarchivo
www.myspace.com/porhorapordiapormes

Omar Tagore



mencionado por:

Martín Barea Mattos
Eduardo Lavadí
Diego Sanguinetti
Aldo Mazzucchelli


menciona a:

Pascasio Fidelis
Eduardo Lavadí
Carlos Rosas
María Inés Castro
Manuel Barrios
Elvio Gandolfo
Eduardo Milán


bio/biblio:

Poeta, músico. Nace el 5 de septiembre de 1970 en la ciudad de Tacuarembó. Ha publicado en antologías de poesía, en separatas culturales y revistas uruguayas y españolas. Su libro-poema “Azimant” fue primer premio en el Concurso Literario Municipal de Montevideo, 2001. Como músico ha editado de forma independiente “Materia de Catamarca - Los Músicos del Oeste” un disco fragmentario donde conviven la canción, el paisaje sonoro y otros seres; el mismo es parte de una “Saga” construida entre poemas, Cancioneros, Cantares y textos narrativos, que nos lleva a un mundo mítico, una mitología personal. Su obra permanece inédita y bajo el abrigo de la Cofradía de San Fructuoso.


poemas:


EL TENUE ÁRBOL DEL CARPINTERO

a mi padre

Hacia la tarde, sobre nuestras manos,
pudo avanzar la gracia como una escuadra
de insectos moribundos rumbo al estanque.
Un dulce maestro quedaba atrás. Tendido
en una siesta después del trabajo, atascado
en la veta dorada de la pinotea o el aroma
profundo del lapacho. Así mi niñez, ovillo
de préstamo en tallos de la lívida palude.
Serán los últimos aromas en mi Padre,
latentes, tan parias, ahogados en la viruta,
esa fina lluvia sobre el resto de los maderos
que perdieron la espera de ser el paraíso
del colgado, y ahora son presas probables
de un armario, una repisa, una puerta
que indicará por su grito a dónde irán
nuestras largas cabelleras más allá de sauces,
de los manes, de los mientras. Trepamos
esa ausencia por sus ramas menos flexibles
hasta llegar al plano del verde acento.
El fruto diminuto a la hora de la luz aplomo.
Prima bella. Mi primavera de rosario
que fue a través de su pie en una horqueta
a la altura de mis ojos perdidos para siempre
en esa luz templaria bajo su vestido
de niña venida de lejos. Sube un Cristo
sordomudo y errante hasta la rama más alta.
El Cristo verde agua, el Cristo de corazones.
El Cristo ondina, amarillo cromo como
un sol pariente incrédulo ante el fuego.
Un mediodía nos abraza, nos eleva
por encima de la siesta del carpintero,
de su grúa mental detenida a la sombra,
por encima de las migas del templo,
del amor y de aquel pájaro prendido al muro,
exhausto, de las formas del pitanguero,
de nuestro ascenso y de nuestros zapatos
dejados allá abajo en la base del árbol.


VINO UN AVE QUE COMPLETÓ EL DESIERTO

Vino un ave que completó el desierto.
Lo contempló. El desierto cedió su memoria
para alojarla. Era su ave enhiesta
hasta que fue desierto por completo.
Su paso en la noche trajo pequeños animales
y escasos insectos propicios para alimentar
la carga de nuestra lengua rasurada
por la lluvia maleable del Sur. Su aplomo
nació de la misma tarima del aire grave.
Lo contemplado nos sirvió de manual
a lo largo de la procesión. Tenues circos
de la palabra bordaron su trayecto de ave,
de palanca, de pentámetro derribado, que
no resistió la tensión del arco en su pecho.


APICULTURA CELESTE

Ante la verticalidad de algunas sustancias,
como ser, el pensamiento enhiesto que
intenta abarcar la totalidad del horizonte,
la inmovilidad vestida de anterioridad
dentro del muerto, la barba derivada
de una línea finita, la obrera cuerda,
la paleobrera que recuerda, ha echado
a andar un solo. Modalidad oculta del nodo,
un metejón que no dice nada que procure
estar y no estar presente bajo la luz
a la hora de los primeros premios del prado.
Palabra antes de. Su pasado de colmena,
de comunión repleta, no colmada, sino
armada, construida para crear, procrear
al poeta del hijo. Al poeta hijo del hijo.
Este lugar donde contemplar es panal
y lo inefable alteración pura del buey,
desmenuzado, estallado en miles de obreras
que rondan el sitio de un gravemente,
de un centro de sensatez de tierra seca,
su gracia de porta-incienso sabandija.
Pronunciar o transitar la carne del poema
es, de alguna forma, salirse de su carga
para equilibrar el poderío de las colmenas.


VIDA Y RAZÓN DEL GRAN CADUCEO

Sueño y silencio por dentro. En la vida religiosa de la víbora,
Mundo es a su silbo. Y el mundo es todo su silbo mientras ella
se extiende para reducir los vientos que van y vienen
desde el sur constreñido por los albores del primer canto
al desvaído norte-límite, lúcido, donde la música arrastra
su carga rugosa y definitiva entre cardos y pedregales,
cíclicos eucaliptos y areniscas del Paso. Entre los fariseos
se desplaza, mancha sobre mancha, como una delicia irreal,
una caída esperada, pareja, unitaria de reflejos y escamas.
Debajo del bucólico paisaje, maraña que rodea la cantera,
la vibración del ofidio busca salir a la luz intensa del mediodía.
Vive en el árbol de enfrente que es también su instrumento de viento,
un desmejorado instrumento que vemos remar hasta el cansancio,
cada tarde del otoño, deseante en llegar a unirse, definitivamente
el próximo año, al gran cardumen migratorio de sus antepasados.
Los ataúdes habían comenzado a emigrar fuera de la ciudad
dos semanas antes como de costumbre para las celebraciones.
Apenas percibíamos el movimiento del grupo principal,
visto por nuestros ojos como una desformación óptica del paisaje,
tenues ondulaciones sobre las lomas que abarcan el campo del Cristo,
pasarán, pienso yo, por debajo del cementerio de automóviles,
formados al igual que los tordos del cielo, como escuadrones del ocaso.
Una tarde, entramos con el fin de remontar los tres restantes.
Nuestra familia sabía de antemano que uno de aquellos barriletes,
ese día, inevitablemente, apagaría por unos instantes la luz del cielo.
Son los ataúdes los que emigran, no los muertos que arrastran.
Se evaden religiosamente sobre esta fecha imprecisa de las calendas
a pesar de la voluntad del huésped o sencillamente a pesar de la voluntad.
Años anteriores fueron menos esquivos. Ahora huyen de la ceremonias,
del amor, del ciprés y de las danzas sin sentido de la vieja casamentera.
Antes, a la hora de la siesta junto al alambrado, casi siempre,
solíamos sentir pasar bajo nuestras espaldas el tenue montículo
de sus lomos en procesión bajo tierra sin mordisquear siquiera
con sus pensamientos la claveteada sombra de nuestra merienda.
Mas la humeante especie divide al mundo en dos: el que su silbo
ha contaminado y el otro, impoluto, soñado y silenciado
que la recorta del primero y la hace tocable bajo los bordados
del manto de los jóvenes ascetas, la hace visible a los ojos
que solo ven desde abajo a través de la secreta esmeralda del pasto.
La blanda ascensión que la define durante sus encantos la obliga
a detenerse en las aulas de los eucaliptos simuladas en otros aires,
ensambladas bajo las alas de dos olvidos: el de los amantes dormidos
y el de la forma original, ora polvo, ora cáscara de metáfora.
Por dentro, solo el sueño y el silencio han sido conminados
al movimiento continuo sobre los caminos de tierra colorada
o ese lugar extremo del final de la siesta labrada bajo un níspero,
tal vez un jueves bajo una parra en un patio de piso hormigonado
en una casa tramada sobre un barrio perdido en alguna ciudad del interior.
El camino que fluye desde las alas del muerto como terca maleza
y conduce los hábitos derivados de la antigua madriguera del plano,
tempranamente llevará mi vaso a la mesa del pasto, y el rumbo
que he esperado del fresno a través de los años sobre ella dormirá.
También serán silbo los aromos. El tragaluz con su botella lujosa,
el espadachín que lo oprime con su pliegue, serán carne misma del silbo.
El plan que nos eleva por encima de los imanes de la carne, del verbo,
silbo han sido, silbo serán. La luz que siempre ha sido pan de pocos,
lira de laico, perfume del prisma, parásito del profeta de las aguas,
contra su voluntad intoxicará a nuestros hijos, silbo a silbo.
El ganado romo, también, el que duerme o el que pasta, pero
que al fin riega de sombras el constante movimiento de la pradera,
el constante sueño que llega después de la espina, de la espera.

Jorge Arbeleche




mencionado por:

Nicolás Alberte
Andrés Echevarría
Mariella Nigro
Elisa Risso
Gustavo Gómez Rial
Mario García


menciona a:

Rafael Courtoisie
Hebert Benítez
Sylvia Riestra
Hebert Abimorad
Mariella Nigro
Silvia Guerra


bio/biblio:

Nació en 1943. Es poeta, crítico y ensayista, aunque su labor literaria de mayor perfil es la lírica. Ejerció la docencia de Literatura, accediendo a todos los cargos por concurso, carrera que culminara como Inspector Nacional de Literatura. Integra la Academia Nacional de Letras, la que presidió durante un período. Es miembro correspondiente de la Real Academia Española y de la Real Academia de la Lengua Gallega. Actualmente es asesor literario del Ministerio de Educación y Cultura.

Ha sido premiado en España, México y Uruguay. En todos los países de América Latina ha sido publicado. Sus poemas fueron traducidos al francés, inglés, portugués, italiano y ruso. Ha participado en numerosos congresos y festivales de poesía en Uruguay y el extranjero, y ha sido jurado en certámenes nacionales e internacionales.
Pertenece a la Generación del 60, también llamada de la crisis.

Por su trayectoria y su obra es un referente cultural de singular relieve y proyección.


poemas:


EL GUERRERO

A la memoria de Enrique Ruiz Corbo

¿Dónde fuiste, guerrero, la batalla a librar?
¿Por qué camino oblicuo te allegaste
hasta el borde del continuo agujero?
Si torcido fue el paso que te llevó hasta el pozo
- o túnel o cloaca o senda o madriguera -
también fue sorda tu garganta de Orfeo
sin antorcha ni Eurídice.
Si al abismo se llega de costado
vos entraste de pie
erguida tu estatura
y entera tu osamenta
para alcanzar – con huella firme
y extendida toda la palma de tu mano –
el secreto encendido del silencio.
Nos dejaste el cuerpo y la sombra de tu sombra.
Intactos.
Pero no nos alcanza.



porque a veces me llego a vislumbrarte
en lo alto o debajo de una escalera rota
vos te quedás arriba y
yo me quedo abajo
otras veces extraviado allá abajo
te miro desde arriba
y más nunca se miran
los ojos y los ojos.

Se quebraron peldaños. Se soltó la polea.


CON MARTHA EN FLORENCIA

Comienza a hacer oscuro y es el frío.
Intemperie.
La tarde entra en el sueño
y torna a su pesebre como
cansados caballos camina a su establo
al deslizarse la nocha por el aire.
La noche cubre el aire.
La noche cubre al durmiente y al insomne.
Ella duerme. Yo velo.
Escucho su respirar acompasado
su batalla de amor contra los días
escucho el palpitar jugoso de sus libros
su espada de palabras y sonidos
Los platos de la cena
quedaron apilados
y en ese rincón de la cocina
- como pájaro durmiendo acurrucado –
se escucha un amplio respirar de vida.
Cada tanto nos vemos
En alguna vuelta imprevisible de las horas.
Y estamos más cansados porque estamos más
Viejos.
Quizá también más tristes. Y acaso más serenos.
Esta es la cuota que nos tocó en la vida
con vida y muerte y amor y desamor
y amor de nuevo
.........................y gana
.....................................y esfuerzo
.................................................y la fatiga.
Y volvemos a hablar
yo le cuento y ella me cuenta y yo le digo
de mi hermano muerto
y juntos recordamos
sus ojos tan azules que azulaban los ojos de los
otros.
Le cuento que una mañana en Benares
(Varanassi la llamaban hermosamente los hindúes)
he visto a un perro
cocmerse la oreja de un cadáver
y le cuento que mi hermano tenía ya
en su cuerpo de luz
el tenebroso color de lo podrido
porque toda la muerte es una sola e igual
y es siempre un acto de barbarie
y siempre su sombra va
delante, detrás, o dentro de nosotros.
Le cuento que pienso a veces
en las nubes como pastores blancos
que preparan la mesa roja de la resurrección
y allí estaremos todos sentados y serenos
mirándonos mirar la cabecera
donde nos estará mirando Dios.


EL OFICIANTE

Intenta arrancar las palabras del silencio
a golpe a veces de martillo o punta de punzón
bloque feroz o muro de clausura
otra de cincel estéril labranza de la piedra
extirpa alternada esquirlas de sonido
polvareda aislada de sílabas o letras
ofrendarlas en altares no se sabe
a qué dioses en secreta oración
plegaria minuciosa desplegada
sobre un eco venido de no se sabe
donde lo desprendido sobrevuela
retorna entonces el reino original
se ve aquello que se escucha
se palpa se huele cada voz
se saborea ya no la piel
sí la semilla se aprende a pelar
cada vocablo de su cáscara
como devotamente se pela cada fruta
se desprende la envoltura sedosa del durazno
hasta alcanzar toda la arruga del carozo
una a una regresan las palabras al silencio
cumplido fuera el oficio de los nombres
lo que no se nombró dormita en la antesala
de la ausencia aguarda el oficiante
la clausura del círculo del rito
la sinfonía frutal se calla reposa
resplandece.

Para Enrique Ruiz Corbo


AUTO DE FE

Escucha
mira
..........palpa
el crepitar el humo rojo
abierto
en la alfombra púrpura de brasas

atrévete
atraviesa
..............imprime

tu planta y
............traga
el hilo salobre de tu lágrima

porque ya estás en el umbral del miedo
y entre su remolino te ves entreverado

avanza
estás dentro del fuego
mientras el viento te arroja a sus hogueras
mientras los otros te miran asombrado

los que nunca
.............escucharon
la mano
............desplegarse
en un bosque humedecido de caricias
cuando chispea el carbón de la mandrágora


EL BOSQUE DE LAS COSAS

Nunca están todas las cosas en su sitio.
Ni antes ni después de la tormenta. Siempre
hay un desborde una arruga un pliegue
fuera de lugar. Una vez sola – a veces –
se juntan la aguja del reloj que da la hora
con el eje del minutero y del segundo.
Pero una sola vez. Y no se advierte.
Porque aquel aire que fue primero brisa
luego ventisca o ráfaga de tornado
no vuelve más al aire. Y el ventarrón
arranca la careta feliz de la sonrisa y muestra
la mueca del dolor y el disimulo
la raja de la angustia electrizada
la que se esconde la que no se nombra
la que se calla la que no se escribe
- pudor vergüenza miedo rebeldía –
la que aparece cuando el verso llega
sin llamarlo y pretende oficiar de bálsamo
o consuelo en tanto el escudero que lo blande
no lo quiere ni blando ni manso ni sereno
porque en combate singular será feroz
torrentoso en combatida antemural filoso
como punta de flecha como lanza venablo
daga sable puñal tijera espada
que destripe el torpe remiendo de la máscara
para mostrar al descubierto al descampado
a cara limpia sin afeites ni adorno
la desdentada faz de la intemperie.

Porque nunca vuelven las cosas a su sitio.
Alguna vez – alguna – forman un círculo
el círculo del bosque. Y desafiando
la ley de gravedad un chorro de agua
se eleva se sostiene y canta. Es una fuente
un surtidor oculto una vertiente un río.
O acaso nada más un caño roto.
Aquí
La nombro fuente
Pues necesito soñar el manantial.

El vuelo de la torcaz borda la siesta.

Con hilo delicado
al tejido del bosque va hilvanando
el tiempo y el espacio de las cosas.

Velan su reposo los cirios encendidos
- sin principio ni fin -
en el regazo sosegado de su Gracia.

A Leonardo Garet
y a Selva Casal

Alex Piperno




coordinador


mencionado por:

Laura Chalar
Laura Alonso
Adolfo Sarmiento
Magdalena Ferreiro
William Johnston
Ramiro Sanchiz
Magalí Jorajuría
Santiago Márquez
Gerardo Ferreira
Xime de Coster


menciona a:

Emiliano Martínez
Martín Natalevich
Fernando Foglino
Paula Einöder
Martín Barea Mattos
Horacio Cavallo
Nicolás Alberte
Sebastián Rivero
Gabriel Peveroni
Álvaro Ojeda
Rafael Courtoisie
Diego Licio
Andrés Bedó
Andrea Durlacher
Magdalena Ferreiro
Olga Leiva
Claudia Magliano
Karen Wild
Ramiro Sanchiz
Manuel Barrios
Santiago Márquez
Juan Pablo Moresco


bio/biblio:

Alex Piperno (Montevideo, 1985) estudió cine en la Universidad del Cine de Buenos Aires. Publicó Confirmación del paraíso (mención Premio anual del MEC, Artefato, 2007), Sahara (La gomera, Buenos Aires, 2009; Fuga, Santiago de Chile, 2009; Catafixia, Guatemala, 2010), Maschwitz (Premio Fondos concursables del MEC, Trilce, Montevideo, 2010) y Bagrejaponés (Colectivo Bagrejaponés, Editorial Mental, Montevideo, 2010). Trabajos suyos fueron publicados en distintos países de América Latina, Estados Unidos, España y Holanda. Participó en los encuentros latinoamericanos de poesía Vértigo de los aires (México, 2009) y Gusto tuyo (Montevideo, 2010).


poemas:


fundación de la isla



parece que ahora parimos una isla horrible y le pusimos nombres en la cabeza a todo lo que se mueva



parece que parimos la mayoría porque se encontraron copias diminutas de la mayoría comiendo bocaditos de leche en el valle de todo lo que se mueva



comindo bocaditos que eran todos nuestros hasta hartarnos y también sigo comiéndolos para volverme yo mismo una isla llena de pequeñas niñas a quienes correr



porque se desgajan como mandarinas de leche tengo que apretarle el abdomens para que se quede trancada lo siento que parece que no va a dejar de parir nunca o porque adentro tiene convicciones astilladas en la panza que son como unos perros muy prudentes



por ejemplo la cabeza de un ascensor que le pusimos adentro alguna cosa religiosa



por ejemplo la cabeza de miraglo le pusimos las ranuras de una mala manera y ahora es una bolsa amarilla que hace cálculos gratis de nustra descendencia



hace sorteos llenos de poca manera y escribe cualquier nombre en las bolitas que se le caen y siempre el mismo nombre ni siquiera importa



por ejemplo la cabeza bien pop de cualquier cosa



desde el interior de una barracuda pienso por ejemplo en la cabeza de las pequeñas niñas



y me regocijo si le pegara palmaditas en las cabelleras que usan se les mueven con el viento dejando por un rato dibujos bien bonitos parece que nosotros es un pez con cola de aire de usar en ocasiones siempre difusas



también el pez le sale por el corredor igual y tiene ritmo con cualquier porquería eso a veces llega a angustiarme tanto


sitio web:

http://alexpiperno.blogspot.com/

Paula Einöder



mencionada por:

Alex Piperno
Laura Chalar
Gustavo Esmoris
Laura Martínez


menciona a:

Pablo Galante
Elias Uriarte
Melisa Machado
Elder Silva
William Johnston
Gustavo Esmoris
Laura Martínez


bio/biblio:

Paula Einöder (1974) es Licenciada en Letras (Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad de la República) y profesora de inglés.

Publicó La escritura de arcilla (Montevideo, Ediciones Imaginarias, 2002) que obtuvo una mención en el Concurso Nacional de Literatura del Ministerio de Educación y Cultura, en la categoría poesía inédita en el año 2000 y posteriormente, en el año 2003, obtuvo una mención especial como obra edita en el citado concurso; el ensayo literario Miranda o el lugar desde donde no se habla (Montevideo, FHCE, 2004) que también recibió una mención en el concurso antes citado en el año 2000 y Árbol experimental en la Colección Fuga de Poesía (Montevideo, Artefato, 2004).

Poemas suyos fueron elegidos para el libro Breve muestra de poesía contemporánea del Río de la Plata, Selección II (Buenos Aires, Bianchi Editores, 1995). Además poemas suyos integran la Antología de poetas jóvenes uruguayos (Montevideo, AG Ediciones, 2002), Sin fronteras 1 ½. Pequeña antología de poetas jóvenes uruguayos y paraguayos, (Asunción, Arandura Editorial, 2004), El amplio jardín. Antología de poesía joven de Colombia y Uruguay, (Montevideo, Embajada de Colombia en Uruguay-MEC, 2005).

Ha participado en diversas lecturas, entre ellas a destacar la realizada en la Biblioteca Nacional con motivo del festejo del día del libro (2006) y su participación en el ciclo de lecturas “Caramelos y Pimientos” en el Café de la Pausa.


poemas:


La escritura de arcilla

Escribiré sin motivo y sin consideraciones.
Agarraré cada palabra bizca y deshecha
y la haré de arcilla.
La pasaré por el fuego. Le daré aliento.
Cada palabra será un hombre.
Poblaré la tierra de palabras. Llenaré páginas de hombres.
Habrá arcilla en vez de tinta.
Escribiré sin volumen. Me cegaré.
No voy a pisar ninguna palabra.
Serán mi bastón.
No voy a buscar al hombre. Porque un hombre
está hecho de texto.
Está tejido de demasiadas palabras.
No voy a buscar al poema. Porque un poema
está hecho de carne.
Está compuesto por demasiados
tejidos y músculos y nervios.
Escribiré sin propósito y sin esquemas.
Pero nadie podrá reprocharme que no haya unido
la palabra con la arcilla, la tinta con la sangre. Además
mi falta de originalidad es buscada.
Lo novedoso y el olvido son lo mismo.
Pero mi poema está escrito.
De eso trata el asunto.

(de La escritura de arcilla)


dulce y dolorosa espera

en donde empieza este verso
veo las encrucijadas que se han tejido
con la paciencia de Penélope
así te esperaré
amarraré mis agujas de opaco acero
dejaré mi tejido anclado
no visitaré mares lejanos
ni surcaré campos en flor
así te esperaré
destejeré y volveré a tejer el mismo sueño
si pierdo el punto
empezaré una y otra vez
hasta que el tejido tome la forma de tu rostro
y luego lo destejeré una, dos, tres
todas las veces
para que un día
inesperado
cuando regreses
tengas todo el calor acumulado en mi vientre
y me tejas y destejas
una y otra vez
una y otra vez
una y otra vez



Polifonía

En los campos de zenit
me iré tambaleando
por los bosques de flores acuarela
con el impulso mágico
que duerme en el ala del insecto.
Me confundiré entre los tallos
como un infante con antenas.
Abriré tanto mi boca
que beberé todo el polen de las estrellas
y yo sólo alargaré mi ala
para abrazar al insecto-macho
que me llevará a mi triángulo de reina.

(de La escritura de arcilla)


Temperatura

El bochorno se cae de las hojas
que se llenan de agua y reverdecen
La humedad aumenta y el vapor es de sueño
Estamos aquí, entre árboles
Escucha este rumor susurrante que se agacha
ante el silencio de tus manos
Hace un calor de río en caldera
Nadie sabe de hornallas aquí
Pero los árboles crecen con altitud desmedida
No se preocupan por los insectos sobre la tierra
Estos se deslizan como diminutas culebras
y yo pienso en quedarme borracha
apoyada contra el piso respirando con los árboles
en esta fiebre telúrica

(de Árbol experimental)


sitio web

http://poesiapaulatina.blogspot.com/


Laura Chalar




coordinadora


mencionada por:

Alex Piperno
Magdalena Ferreiro
Andrea Estevan

Gerardo Ferreira
Laura Cesarco


menciona a:

Emiliano Martínez
Martín Natalevich
Fernando Foglino
Paula Einöder
Martín Barea Mattos
Horacio Cavallo
Nicolás Alberte
Sebastián Rivero
Gabriel Peveroni
Álvaro Ojeda
Rafael Courtoisie
Diego Licio
Andrés Bedó
Magdalena Ferreiro
Laura Cesarco


bio/biblio:

Laura nació en Montevideo en 1976. Es abogada, crítica literaria y escritora (no necesariamente en ese orden). En 2005 publicó "por así decirlo" (poesía) con la editorial Artefato. En 2007 publicó su colección de cuentos "El discreto encanto de la abogacía" y obtuvo, con "La maravillosa boda de Uruguay y Finlandia", una mención en el concurso de poesía de Casa de los Escritores del Uruguay. Es co-editora de la revista literaria Versal, editada en Amsterdam (www.wordsinhere.com). En su escaso tiempo libre, escribe reseñas de cine, escudándose tras la identidad, tal vez ficticia, de un anciano reaccionario.


poemas:


Medioevo

(i)

Te llamarás Mencía, Sancha, Berengaria, princesa de los misales, señora de las almenas. Desgranarás telarañas y latines, tus vísperas frías se irisarán de agua. Nadie leerá el nombre secreto que escondiste en tu bordado, justo donde cayó la única gota de sangre que pronunció tu aguja. Para ser raíz de soldado y preste, yacerás toda la noche, desnuda, en campo de plata. Y te has de morir con las manos juntas, como tu estatua.

(ii)

Juan sin Miedo va a cruzar el puente. Ha dejado el puñal dormido entre los doseles de su cama, y vuelan palomas grises rozándole el rostro flaco. Oculto en los pliegues de la capa, un libro de horas susurra latines aterrorizados que él desoye, protegido como va por todos los ángeles de Borgoña y leones rampantes de Flandes. Como una sonrisa negra se estira el puente entre torres: El delfín espera… cruzad. Juan sin Miedo tiene los ojos fríos y la nariz larga: su cara es de mercader bajo el sombrero enjoyado. Cruzad… Campanas, preces que tiemblan. La duda no es sino un pulso, un pájaro alcanzado en vuelo. Calla el silbido agorero (Borgoña y Flandes lo amparan) y el duque atraviesa el puente, paso firme hacia el delfín, hacia el hacha, hacia la muerte.

(iii)

El mercenario y la Virgen conversan en el pequeño jardín cerrado. Ella con capirote azul en vez de corona de oro. Un velo de seda y luz se le derrama a lo largo. Él tiene una cicatriz como una broma nefasta, y quieta su mano oscura sobre la despierta espada. Un ángel aburrido revolotea en torno al cerezo. Por encima de sus voces, ebria de rosa y alhelí, parlotea una fuente. Más lejos, cerca del muro, hay salvia, menta y mejorana. Y más allá, río y muralla, toda una ciudad que reza. María inclina la alta frente, ofrece al Niño que lleva en brazos, y el ángel se queda inmóvil, como pintado en el aire. El Niño sonríe, horrendo, la boca llena de sangre.


Oudtshoorn

Duermen su larga siesta provinciana bajo la pausada luz, palacios de las plumas, espejismo de magnates descalzos, condes y duques del polvo. Aquí está el oblicuo atardecer, señor de los rumores, y la sinagoga ensaya la sonrisa benigna de sus puertas. Duermen su larga siesta, palacios de la nada, y mañana también, presos de ese cielo ahora inmenso y despiadado, guardarán su entraña sombría, la viva penumbra. En el silencio expectante del cortinaje holandés, de la oscura madera, esperarán. Hundidos en un sueño sin voces, hijos del azul rabioso, velarán el dorado de los relojes, los esbeltos escritorios, la frescura acorralada. Todo lo venido de ultramar. El tributo evadido al desierto. El escenario de una vieja obra aplaudida hace mucho tiempo y parece que muy lejos, aunque haya sido aquí mismo, bajo el resplandor sin tregua de este mismo cielo implacable.


Never seen snow

“Can’t believe it”, dice Erkki, “never seen snow before?”, y yo le contesto “no”, pero en inglés, “nou”, y entonces no me dice nada más, pero me abraza. Como quien siente lástima, lo cual es cierto. Seguimos caminando a ningún lado, él despacio porque siempre camina así, yo tentativamente, con la cara hacia arriba y ojos entrecerrados, como si estuviera bronceándome en la playa. Al rato me miro en la vidriera de una tienda, el pelo oscuro estrellado de copos –diamantes en la cabeza de una princesa impostora–, y Erkki me pide que lo lleve al sol, a mi verano, porque él tampoco ha visto nunca un sol que no sea una mentira.

Nicolás Alberte




mencionado por:

Alex Piperno
Laura Chalar
Gabriel Richieri
Wilson Cardozo
Manuel Barrios
Thiago Rocca


menciona a:

Eduardo Milán
Rafael Courtoisie
Jorge Arbeleche
Roberto Appratto
Leandro Costas
Virginia Lucas
Francisco Tomsich


bio/biblio:

Nicolás Alberte (Montevideo, 1973) ha publicado cuatro libros de poesía: tres en Uruguay: el cuidado que ponemos diariamente en no morirnos (Ed. De la Feria del Libro, 2004), vacío en partes iguales (Artefato, 2005) y montevideanas (Artefato, 2007). Uno en México: unapalabramáslargaquelanoche (Limón Partido, 2006). Además, ha editado la novela ópera prima (Artefato, 2007). Ha participado de los encuentros internacionales de poesía Estuario (Montevideo, 2004), Estoy Afuera (Ciudad de México, 2005) y Poquita Fe (Santiago de Chile, 2006). Estos textos pertenecen al libro unapalabramáslargaquelanoche.


poemas:


no es ibérico mi nombre...

no es ibérico mi nombre
aquí soy bosque de pan
me arrancan, me comen, me caminan
transformado en el aceite y la semilla
del grano que llueve desde el pozo en la niñez frente un río
siento la profundidad de las cosas que laten
de lo que duele siento el estigma en la rodilla
que va al piso
aquí soy bosque de pan
soy lo que late de las cosas
un muerto, dos muertos, tres muertos
una familia entera de exiliados de la vida
crezco en lo silvestre
un whitman de cemento entre los autos
“yo me hundo, yo me desprecio”
soy el desperdicio de unos padres muertos
no soy único aunque mi dolor es único
en este instante mi dolor es único
soy el que late de las cosas que se han ido
mis padres no me han tenido
y mi nombre no es ibérico


están en una casa...

“En medio de las aguas congeladas o hirvientes
un puente, un gran puente que no se le ve,
pero que anda sobre su propia obra manuscrita…”
José Lezama Lima

están en una casa de la que el mar no se salva
dejan todo ahí, son
como todo y se dejan ir
pero no ven las olas porque el mar no se ve desde aquí
desde esta vivienda no se ve el agua
y ellos ahí, desde la inútil ventana
sin vivir porque no es vida
estar sin mirar el mar
sin escuchar el seseo del pez que inspira
y expira el canto como la flor en vaso
y no lo saben y el mar no lo sabe
y la naturaleza muerta no se salva
por más palabras
que le pongamos
a esta caza


no les perdono...

no les perdono que no tengan tetas
las palabras
que no pueda estrujarlas
acariciar o morder
según me den las ganas

no les perdono que no yagan
como brazos de la tierra en el mar
como piernas de los puertos de montaña
y que no pueda treparlas
acariciar o morder
según me den las ganas

no les perdono que no tengan filo
que no vayan destripándome
y que no pueda usarlas
para matar o morir
según me den las ganas


cada uno obra...

cada uno obra sus milagros como puede
la luz y el agua, los trajes de las fiestas
las parte de abajo de las cosas
el adentro y el afuera
yo siento que en el verbo está el misterio

cada uno se desdobla en obras milagrosas
una comida, un beso, una montaña mágica
gigantes con los pies de pasto
y las pisadas en la arena
yo vengo de morder una manzana

cada uno es la parte de dios que le ha tocado
los ojos, las manos, la boca abierta hacia los labios
un barco en la alta mar
y un avión en el cielo
yo me regocijo con tu carne y soy ateo


déjame decirte...

déjame decirte que no tengo palabras
salvo estas, que se siguen a las lágrimas
y me salvo yo entre las líneas tan bien
dejo abierto el paraguas por la cosa ocurrida
adentro de la casa no-esperando
que caiga y que se repita
pero escucha esto, porque no son palabras,
son cosas sencillas que caen como del cielo
emulando a la lluvia como la mula al burro, pre
destinadas, déjame decirte que lo siento mucho
que no hay manera de expresar el sentimiento
y si te digo la verdad te miento
no tengo palabras, lo que siento es esto:


.

Fernando Foglino




Alfredo Fressia
Alejandro Ferreiro
Adolfo Sarmiento
William Johnston
Roberto Genta
Andrea Estevan
Javier Etchevarren
Diego Cunha


menciona a:

Martín Barea Mattos
Horacio Cavallo
Gabriel Richieri
Alejandro Ferreiro
Elder Silva


bio/biblio:

Fernando Foglino nace el 19 de febrero de 1976. Publica poemas en 1997 en la muestra de poesía Letras Uruguayas (Bianchi editores). Publica cuentos en A palabra limpia en el 2001, 2005 y 2007 (números 5, 8 y 10 respectivamente, Banda Oriental). En el 2004 publica el libro de poemas Kate 500 Km (Artefato). Recibe el Primer Premio en la categoría Cuentos del Concurso Nacional de Arte Nextarte, INJU Ministerio de Educación y Cultura, en el año 1999, estando el jurado conformado por Washington Benávidez y Magdalena Reyes. Obtuvo una mención en el concurso Poesía Viva, organizado por la Comisión de Juventud (IMM) por su espectáculo Sargento Pepper Poesíapoesía, con jurado integrado por Elder Silva, Andrea Blanqué y Tabaré Rivero. Recibe el Primer Premio y Mención Honorífica en el concurso de poesía 50 años de A.U,D.E.” (Asociación Uruguaya de Escritores), Fundación BankBoston y el MEC, en el año 2000, con Iris Bombet Franco (Presidenta de A.U,D.E.), Nelly de Perino y Ramón Cuadra como jurado. Recibe 5 menciones en narrativa en los concursos de la fiial Jai de B’nai B’rith (2001, 2005 y 2007) en esta ocasión siendo jurado Rafael Courtoisie, Tomas de Mattos, Marosa di Giorgio y Maria Esther Burgueño.


poemas:


ponts de arts

Kate se besa en la parada del ómnibus
se besa y se abraza antes de subir al taxi
Kate tiene el pelo recogido y perlas en las orejas
Kate corre con una raqueta de tenis
apoyada en su hombro descubierto

Ella cruza las piernas
y veo un cordón de plata que cuelga de su tobillo

Kate va al colegio y aprieta los cuadernos
contra sus pechos nuevos
Un hombre envuelve su cintura cuando baila tango
y la miro

Kate corre a toda velocidad
en su moto negra y para
a tomar café
o leer poesía
con sus lentes
de armazón fino
y dorado

Kate está en las pantallas y en las vidrieras

Y me hace señas para que me acerque.


el canto de las ranas

aquella vez, en su piso de estocolmo
le escribí 6 o 7 poemas de un tirón
yo, saliendo y entrando del pequeño balcón
que daba a los jardines vecinos.

pero los poemas no hablaban exactamente de ella,
cuando se los di me preguntó si eran hermosos
y yo le dije que sí
nos besamos y pusimos los poemas
bajo un imán en la heladera,

yo no sabía que aquellos poemas
no me ayudarían a recordarla

¿seguirán colgando de la heladera?

porque eso sí sería un buen poema
un poema que hablara
de cuánto ella me quería
que conservara en buen estado, fresco
lo que nos alimentaba esos días

en que ella lavaba los cd´s rayados junto con los platos
mientras yo la observaba,

la mujer obsesionada con las ranas
sin haber visto nunca una real
sin haberlas tenido jamás entre las manos.

(no quedan ranas en estocolmo)

en sus vasos, en el llavero
en la cortina del baño que rompíamos
haciendo el amor bajo el agua tibia
las ranas lucían suaves y misteriosas
y yo no le expliqué lo contrario

porque era la mujer que lloró cuando nos despedimos
y llenó en secreto de ranas mi mochila
la única mujer que cantaba mientras hacía el amor
la mujer de 7 días
la misma que todavía escucho
cuando tomo café con espuma
o llevo alguno de sus objetos verdes
a mi oído


el que mira...

El que mira
No mira
Ensaya palabras
Que no dice

Y después las palabras
Andan en boca de todos
Y tus pies se detienen
Con cada una de ellas

¿Serán las mías?

No son
Porque seguís andando
Y te sigo

Frente a tu hotel
Espero que tengas algún vicio
Y salgas a fumar
Que te sobren las sábanas
Que la petaca de whisky esté vacía
Pero no

Tu pelo rubio de Noruega no vuelve
Y tu vincha ya es
Trapo en la moquette

El cierre separa
Un vestido a lunares
De la primavera

Ensayo las palabras que diría
Soldado en la puerta de hierro
Guardia de tus tobillos finos
De tus pies
De tu vestido
De tus piernas
De tu pelo
Pero no soy

Miro la puerta
Del Hotel Palacio
Dos estrellas
Y me voy


cuando dayana me dijo estúpido...

cuando dayana me dijo estúpido, ya nos conocíamos
yo ya había visto rebotar los ojos de todos contra su cuerpo
los hombres apostados en fila sobre la barra del bar
el suelo lleno de cartuchos, vacíos.

ella había dejado entrar mis ojos como por descuido de la piel
que quedó desnuda entre el collar y el top
entre el top y el jean ajustado
entre el jean ajustado y las botas.

yo, al frente de la línea de fuego, casi héroe
había dejado abierta la puerta de mi carpa blindada.

me preguntó si no estaba tomando demasiado, y yo le dije que sí
dejé que administrara el vodka en el jugo de naranja, sin decirle nada
me dejé cuidar.

ella, rehén
hizo con su cuerpo exactamente lo que yo le hubiera pedido.
posó al servirme cada trago como si en el breve gesto de empinar una botella
hubiera cataratas, rocas y una mujer desnuda.

se dio vuelta e imaginé que escribía las cosas que estaba escribiendo
torpemente dejé caer el papel que apretaba en su mano fría por el hielo.

llamame dijo

solté las amarras que apretaban el papel mojado la mano fría y sus muñecas.
pagada ya la fianza
la dejé ir.

Horacio Cavallo




mencionado por:

Alex Piperno

Laura Chalar
Fernando Foglino
Washington Benavides
Francisco Tomsich
Laura Alonso
Ramiro Sanchiz
Xavier Duarte Artigas
Mario García
Javier Etchevarren
Stephanie Amaro


menciona a:

Francisco Tomsich
Diego de Ávila
Jorge Meretta
Germán Borelli


bio/biblio:

Horacio Cavallo nació en Montevideo en 1977. Es narrador y poeta. Integró el consejo editorial de la revista Milcuernos y el colectivo punto txt. En narrativa obtuvo dos menciones consecutivas en el Concurso Literario Municipal en los años 2004 y 2005. En poesía obtuvo el primer premio (compartido) en el Concurso anual de Literatura organizado por el Ministerio de Educación y Cultura. En 2006 publicó El revés asombrado de la ocarina, su primer poemario. En 2007 recibió una de las 10 becas que otorga la Intendencia Municipal de Montevideo para jóvenes creadores.


poemas:


Mirar desde la siesta...

Mirar desde la siesta
las ramas amarillas de los plátanos.
Mirar mientras se pueda,
sin saber,
el día que termine esta faena,
hacia dónde se pierde lo mirado.


Sonetango

Mientras la Marylin desvencijada
ordenaba las copas con desgano,
al propietario le tembló la mano,
soñando un riachuelo, una enramada.

De los hombros les cuelga otra jornada.
No hay cambio ni botellas y es en vano
querer sentirse un poco ser humano
en esa indescifrable mascarada.

Suenan violín y fueye. Un contrabajo
zumba entre moscas. Cae un cenicero.
El propietario espera algún atajo

desde la muerte diaria al paraíso.
Marylin afiebrada lava el piso,
semiencorvada como un relojero.


Mvdeo

Montevideo es esa puta triste
a la que vuelvo siempre. Sometido
a oscuros cafetines donde insiste
en darme lo ganado por perdido.

Un cielo de fregón descolorido
nubla los ojos del que la desviste,
y andando sin andar, el recorrido
se vuelve circular. Cuando le asiste

la mañana de enero lo olvidamos.
Paseamos la pobreza en manga corta
rodeados de jazmines y glicinias.

Y en marzo, una vez más, por las esquinas,
el sueño tropical se nos acorta,
volviendo al viejo carro que arrastramos.


Onetti

El paraíso es una cama grande,
para uno solo.
Y una mujer sonando su violín.
Y un viejo entre novelas policiales,
con su violín debajo de la sábana,
para poder mear mientras escribe.


Nocturno

Desde el balcón la noche zigzaguea
detrás de un gato. Guiña un farol
su lumbre amarillenta e imprecisa.
Un caballo tirado de algún carro
va encendiendo los perros de la cuadra.
En la vereda opuesta un velador
arde hasta tarde. Burla las persianas
el melodiar de un tango borroneado
en una radio mal sintonizada.
El viento del sudeste infla la noche,
las ramas esqueléticas arquea.
Tictaquéa el reloj y es del insomne
la fiesta en los manchones de humedad.
Un tren de carga silba en otro barrio.
Otro caballo tira de otro carro.
Cielo plomizo, vaga claridad.