Álvaro Miranda



mencionado por:

Teresa Amy


menciona a:

Roberto Appratto
Juan de Marsilio
Jorge Medina Vidal
Alejandro Michelena
Marcelo Pareja


bio/biblio:

Álvaro Miranda Buranelli (Montevideo, Uruguay - 1948) ha realizado publicaciones en revistas y periódicos nacionales y extranjeros desde 1976. Su poesía ha sido publicada y traducida al portugués, inglés, francés, italiano. Integra diversas antologías poéticas nacionales y extranjeras. Poesía y ensayo han sido recogidos en Argentina, Brasil, México, Costa Rica, Estados Unidos de América, España, Portugal, Francia, Italia, Alemania. Co-fundador de las revistas Poética y Foro Literario. Fundador y director de Ediciones del Mirador. Director de la Serie de Literatura de Editorial Técnica. Profesor egresado del IPA en Enseñanza Secundaria y superior. Ha participado en Congresos y Seminarios en Uruguay, Argentina, Brasil, Francia. Ha sido jurado en concursos literarios. Ha participado en jornadas, conferencias, mesas redondas, coloquios, lecturas de textos en el país y en el extranjero. Investigador en la Biblioteca Nacional. Crítico teatral y cinematográfico en diversos medios de comunicación.

Poesía

Libros:
Nacimiento habitado (Primera producción 1971-1976) (1978)
Escalas escal(er)as. Poemas para ascender y descender (1983)
Dejaré los signos precipitados (1987)
Los lentos remeros sobre espesas aguas (1995)
Cámara profunda (1998) (2ª.edición:2003)
Yo mismo soy un extraño aquí (2005)

Cuadernos de la Serie Poesía Crítica:
Apertura, construcción y cierre (1980)
La vida en sintaxis (1981)
Palabra libre (1982)
Inducción completa (1983)
¿Qué está pasando? (1984)

Cuadernos Nueva Poesía
(heterónimo M. Olivar Aranda):
El mundo no es como uno lo usa (1982)
La cochera de Fairbanks (1989)

(heterónimo Arno Malvadari):
Las fibras conductoras (1985)
Pánico púnico (1989)

Ensayo
Atomismos y calcinaciones (1989)
Piedra de toque (2000)

Crítica
Goethe: Los sufrimientos del joven Werther (1981)
Walt Whitman.Estudio preliminar y Antología de textos (1981)
Literatura de la Edad Media (1993)
La poética del espacio. Estudios críticos sobre Ciencia Ficción (1994)
El género lírico (2001)
El género épico – narrativo (2002)

Entrevistas
Conversaciones / versaciones con (2001)


poemas:


Matriciata

calma
ten calma
van a cortar el cordón umbilical
te van a poner en la vida
esa ruta transitada
procura no ser un vagabundo
pero no está mal que lo seas si quieres serlo
anímate a cortar por lo diferente
no te repitas, en nombre de los ángeles innombrables del cielo
no lo hagas, sé tú
y no te midas con los otros
ni sigas mis consejos
tómalo con calma
ya que estás aquí, juega tu juego
pero que sea tu juego
van a ponerte un anillo como si fuera una corona
pero es un anillo
un círculo que cierra
ten calma
te van a poner a trabajar como si fuera tu ilusión más querida
te van a poner a trabajar en una condena
en un círculo que se cierra sobre ti
calma
sigue el compás, silba tu canción favorita
no temas cantar fuerte cuando quieras cantar fuerte
aunque se prohiba cantar fuerte
anímate, no hay animales solos en la granja
ni granjeros solos, ni faena solitaria,
cuando el reclamador venga, dile:
puedo dejar de comer pero no puedo abandonar la poesía
cuando la muertecita se arrime, dile:
tengo páginas por escribir, vuelve en otro momento
o dile: por fin, viniste
o déjame esta última copa de vino
escuchando la música que amo
escribiendo los poemas que nunca escribiré
calma, mi chiquita, ten calma
me voy cuando me estaba sintiendo a gusto
y poniendo a tono.

(de Yo mismo soy un extraño aquí)


Jonathan Swift

Jonathan Swift, cansado de sus congéneres, abandonó la isla
y se dirigió hacia un espacio, para él, desconocido.
Aterrado de la vida que vivía pensó que había otras vidas posibles
y que el sino del hombre era la búsqueda
pero la vida que anhelaba persistía en resbalar e irse
de su lado, y los años lo alcanzaban ya
y los otros que él era lo rodeaban con desasosiego,
nunca le habían brindado lo que él merecía
o sentía que merecía, en la vida sólo había dispuesto de pequeños
......................................................................................papeles]
que no reflejaban su estatura, su intelecto había sido usado
por mediocres minorías que, quizás sintiendo un placer secreto,
se empecinaban en menospreciarlo. El gaitero o el amo del cobertizo
reían bebiendo abundante cerveza mientras los jóvenes garañones
secos de seso seducían y fornicaban a prestas doncellas
que así sentían cumplido su papel en la vida. Los jueces olfateaban
la tinta, los leguleyos ejercían y ejercitaban la mentira,
los terratenientes competían en fraudes y ganancias
y los políticos hacían lo mismo que todos ellos
pero mucho más y más seguido. Entonces, ¿qué vida viviría?
ninguno de esos perfiles daba su rostro, nadie era un espejo
para él. Los estados de la mente hacían sitios solitarios
donde él crecía como un niño pero se quebraban como cristales.
Harto de no llegar, Jonathan Swift soñó que era Gulliver
que vivía en un país de enanos.

(de Yo mismo soy un extraño aquí)


Perdido

el hombre está parado contemplando la pared
filamentos de humedad por donde la cañería baja
un sincopado gorgoteo de agua cayendo
siguiendo los desniveles del desagüe, los ojos ya no le responden
como antes, ni siquiera le responden como en la mañana
al despertar. Es cuando ve algo más claro de lo usual.
Con el transcurso del día la mirada se desgasta
la visión se vuelve difusa, pierde las líneas
la definición de los cuerpos, de los objetos,
ella se vuelve boca abajo y le ofrece su culo
es lo que él desea. Pero la concentración es esquiva.
Es un culo bien formado, carne muy joven y firme
nalgas deleitosas, pero la mirada se esfuma,
ve su vagina, separa los labios, ve el orificio que espera
pero la mirada se extravía, el agua gotea cada vez más fuerte,
el líquido se desliza con un sonido hueco. La luz era más brillante
.......................................................................................antes,]
lo recuerda, podían contemplarse los detalles
la madera cruje por el calor del ambiente, no siente ninguna brisa,
no hay viento en la cara, no hay olas estrellándose sobre la arena,
ni nocturna luna de verano, la ventana se desdibuja
y tiene filamentos de humedad. El hombre parado los contempla,
parece olvidado el cuerpo desnudo ofreciéndose como fruta sabrosa
¿cómo explicará el pecado de no verlo? ¿a qué sombra despedirá
como si fuera rostro?. Lenta, una gota resbala sobre un lente.
Cierra los ojos para ver mejor. Pero nada disipa la penumbra
en la que vive. De la vivienda de enfrente le llegan sonidos
y voces. Hay lugares para el curso de la vida
pero él, parado contemplando la pared se hunde como el náufrago
cercano de la costa que su mirada niega.

(de Yo mismo soy un extraño aquí)

No hay comentarios.: