Alejandro Michelena




mencionado por:

Álvaro Miranda


menciona a:

Elías Uriarte
Mónica Suárez
Rolando Faget


bio/biblio:

ALEJANDRO MICHELENA. Montevideano. Poeta, narrador, ensayista, cronista y periodista cultural.

Como poeta ha dado a conocer dos libros: Formas y Fórmulas (Editorial Libros de Granaldea, 1978) y Rituales (Editorial Siesta, Estocolmo, 1984). Sus poemas integran dos antologías significativas: Los más jóvenes poetas (Ed. Arca, 1977; compilada por la crítica Laura Oreggioni y el poeta Jorge Arbeleche) y Poesía uruguaya del Siglo XX (Editorial Alfar, 1994; realizada por el doctor Walter Rela, reconocido estudioso e investigador literario). Textos suyos han aparecido en revistas literarias y suplementos culturales.

Fue merecedor —en dos oportunidades— de la Primera Mención en concursos organizados por la Feria del Libro y el Grabado, en 1973 y en 1978. Obtuvo una mención en concurso convocado en 1982 por la Embajada de España en Uruguay y el matutino El Día.
El crítico José Carlos Álvarez lo llamó “poeta indudable” (diario La Mañana, 27 de marzo de 1977). Y Florencio Vázquez escribió: “Es, la suya, una voz segura en la búsqueda del prodigio poético...” (El Día, 17 de junio de 1987).


poemas:


Torresgarciana

La nostalgia
extiende sus raíces como un árbol

.................su luz
..............................de otoño
.................................................triste.

La nostalgia
baja por esa calle solitaria
cubre las casas viejas
y adopta los colores
—la paleta muy baja—
del viejo don Joaquín
(anacoreta)
bajo un cielo como éste
y hace tiempo

aquí
............Montevideo.


Habitación de artista

Pipa gastada
libros
y una estufa con leños crepitando.

Vaso de negro vino
y tal vez
..................pan y queso.
Los papeles dispersos y las viejas
paredes carcomidas.

Triste ventana
que no contempla techos de París,
que asoma a claraboyas
de una calle con plátanos.

Casta humilde cama,
silla toda polvo,
ambas delatan
ausencia de mujer
(para el aseo de una
y el uso
................y el abuso
de la otra).



Secreta solitaria ceremonia

Hace tanto frío en esta noche
—costado sur atlántico
de América—

hace tanto
que lo gris cotidiano se acentúa

yo cumplo
con repetidos gestos
—mil veces reiterados—
el rito del café

en un bar
....................una esquina
un lugar de semáforos y autos
y de luces temblantes
y gentes apuradas

cumplo también
otro añejo rito:
borronear
....................un poema
evadir a la angustia

es que la tribu
ha ido por milenios depurando
formas y fórmulas
—posibles arbitrarias convenciones—
para olvidar
terrores que acompañan
nuestra
antigua condición.


Llueve

Y las gotas golpeando empedrados y techos
como orquesta de duendes
como un mantram fugaz
y persistente.

Hoy es lluvia
que moja hasta la sombra
que penetra paredes
y caminos
y sábanas.

Gatos que se agazapan en rincones
—el mar se mimetiza
detrás de lo mojado—
paraguas que se mueven y parecen
murciélagos enormes.

En una tarde así
de ritmos en el agua
no es extraño que vuelvan:
el recuerdo de amores alejados
la resaca de culpas
lo que somos.

Poemas que pertenecen al libro “Rituales” (Ed. Siesta, Estocolmo, 1984).


MISIÓN DE LA POESÍA

Evocando a Propercio

En este mundo parodial paródico
con cambio de milenio
y además
de era astrológica
(tal cual lo explican
los doctos en la ciencia
—evanescente—
de las estrellas).

En esta protuberante realidad como nunca sincrética
como siempre confusa.
Eso
al menos
para todos nosotros
sufridores en los días del presente,
sin la ventaja de contemplarlo todo
desde lejos
como sí nos verán
quienes estén ubicados en los próximos siglos
cuando todos
pasemos a ser nombres —o polvo— de la historia.

En medio del tan discepoliano
transcurrir implacable de las modas
y el morir constante de los mitos,
con shoppings desbordantes que atraen
como las sirenas,
con parpadeantes pantallas azuladas
que van sustituyendo
hasta la misma vida.

En esa realidad que pare a diario
sus millones de parias
sus hambrientos genéticos
pululando extramuros del consumo
jadeando su apetencia vacía
frente a televisores anticuados,
participando así
—con lejana mirada—
del festín desbordante
de los menos.


Cuando ya no quedan ideas
y ni siquiera bastones provisorios,
ni tampoco
—tan sólo—
ciegos que guíen a otros ciegos,
cuando todo boga a la deriva.

En este panorama terminal
como de fin del mundo.
Cuando toda certeza
se destruye
y cualquier atisbo de lo nuevo
degenera
sin remedio,
y lo único estable y permanente
es la compra y la venta de objetos, de cuerpos
y de almas,
el papel del poeta
—si es que
todavía
conserva alguno—
su tarea posible
es la de simple insecto,
tal vez vistoso o atractivo unas veces
y otras repudiable
pero siempre molesto
picoteando conciencias
(modestamente)
de una
en una.

Este poema se difundió por algún tiempo –en formato virtual– en la página Web CIVILES ILETRADOS (año 2001 y 2002), que coordinaba el poeta Luis Pereira. Esta es una versión más trabajada de aquel texto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un abrazo fraterno para Alejandro Daniel, desde México, de su "frater" Nicolás Figarola:

¡ Cuando los poetas descubren la gnosis de la palabra!


Feliz cumpleaños
3 de junio de 2009

figacorp@terra.com.mx