Léonie Garicoïts



mencionada por:

Rafael Courtoisie


menciona a:

Mariella Nigro
Deborah Eguren
Álvaro Ojeda
María Luisa Blengio


bio/biblio:

Nací en Montevideo el 3 de julio de 1962, esto de decir la edad no es fácil para una mujer. Durante mi niñez me leí todo lo que caía en mis manos y me enamoré de Federico García Lorca, Rubén Darío y Alfonsina Storni. ¡En la escuela tenía una amiga con la que escribía una novela en forma conjunta! En esa infancia "erudita" y adolescencia "rebelde" escribí varios poemas que regalaba a amigas y novios.

Estudié en la Facultad de Derecho dónde me recibí primero de Procuradora, luego de Abogada - en Diciembre de 1986- y luego de Doctora en Derecho y Ciencias Sociales - en Octubre de 1987-, en 1989 egresé del centro de Estudios Judiciales. Desde el año 1990 me desempeño como Fiscal Letrado Adjunta en el Ministerio Público y Fiscal; y a fin de ubicarme laboralmente y en el ámbito jurídico realicé distintas publicaciones en materia jurídica.

Me casé en el año 1994 y me divorcié en el año 2002. No tuvimos hijos, aunque lo intentamos. Luego del divorcio volví a escribir. Y seguí borroneando papeles hasta que comecé a asistir al Taller de Amengual y luego de Rafael Courtoisie.

Hasta la fecha he realizado las siguientes publicaciones:

*EL ADMIRADOR, cuento Rev. Letra Nueva Primavera/2004, añoIV Nº2, pp15
*Vuelta de Hoja, Poemario, Artefato 2006
*"Por Vivir", Poemario, AG Ediciones 2007
*Serie Frugal, Sol y Luna, año 10-Nº 109 Junio-Julio 2007
*Serie Odi et amo 2, Sol y Luna, año 10-Nº117 Enero 2008
*"Poder", ed. Doble clic Editoras.


poemas:


MINOTAURO

todo está oscuro totalmente oscuro sin sombras sin claroscuros el firmamento sin estrellas briznas de pasto bajo mi cuerpo briznas de tinta en mi boca mis ojos se acostumbran a la ausencia de la cruz del sur y en el verde distingo un muro de ligustros que como hojas de papel me circunda; el centro de un cuadrado de ligustros que como libros papiros secretos documentos se mueven y me acorralan me estremecen lo recorro con mis manos buscando la puerta velada camino en derredor prisionera de un hermético laberinto biblioteca de babilonia engendro humano que me absorbe que me ahoga; no hay salida mis manos se rasguñan tratando de lograr un escape ¿es que no puedo salir? mis manos doloridas estranguladas en plena noche al aire libre y sin respirar siento los latidos en mis sienes y caigo ante la luna débil línea menguante una tenue línea de luz mis manos laceradas cavan sólo hacer un pozo y salir; se lastiman mis uñas me duelen me destrozo el alma carpiendo tierra papel las piedras los libros mezclados y la arena y la goma están húmedas están frías hay raíces y hay lomos y hay cartones no hay sostenes no hay columpios solo con un trozo de lomo una rama lucho por un boquete entre las plantas entre las palabras y la tierra y todo lo escrito mi cuerpo se queja mi boca se seca mis mandíbulas se contraen; desperté al cerco a la muralla que vive y me alcanza me atrapa se hunde en mi alma… lloro y lloro el dolor y lloro los fracasos y lloro el desconsuelo.

Estiro la mano y apago el despertador, me duele todo el cuerpo y tengo la mandíbula trabada, despertó el día.


ANTÍGONA

un minuto de una caída sin fin un caos negro intimidante; desde el ombligo un vacío que crece que recorre cada milímetro de mi cuerpo que se refugia en mis latidos anida en mis oídos ajenos pendientes al propio eco; y el cuerpo todo encerrado en si mismo vuelto puño cerrado puño en el pecho; vacío que estalla y lágrimas en el silencio sin freno vacío de estar sin fuerzas de arrastrar el cuerpo; ya no lo siento estoy flotando por encima por afuera de todo solo soy percibo el silencio en mi alma de los recodos de mi alma de mi abandono de mí solo soy consciente de mí; un oasis muerto es mi boca sin saliva ni una gota de humedad un pozo vacío pozo de angustia que no habla que no grita pozo que solo siente sal de lágrimas; y este cerco negro, este desvelo, este remolino inútil, esta rebelión exhausta.

Sin pensarlo y a escondidas rebusco en el cajón la calma, la tranquilidad, el sosiego, esas pastillas que me van a abrir la puerta al descanso, esas que van a ayudarme dejar de sufrir, esas que son el orden en mi caos. Una copa de vino, juego con las pastillas en la mano, la mirada nublada, siento mi rostro consumido, surcado, el pecho que cruje, se queja y escucho apenas un silbido que deja escapar la tenaza que me agobia. No hay más. Con la segunda copa de vino trago todas las pastillas. Tercera copa y me acuesto, con el brazo izquierdo doblado debajo de la almohada en la que apoyo la cabeza, y en mi mano derecha la copa, casi vacía.



X APTO

golpeás una y otra vez con tu mano mancillada, olvidás que sos padre, que sos hombre, que tu vida ya no es tuya, que otros ojos te miran como ejemplo de sus vidas, que sos el héroe de sus esperanzas; con cada golpe los humillás, menoscabás sus sueños de familia feliz; con cada marca, con cada tajo, con cada quebradura, sus ojos se van alejando, pierden lo niño, se pierden traslúcidos, se vuelven ciegos, fríos, ajenos, y pierden el juego, y pierden los sueños mientras sus cuerpos tiemblan, con cada golpe, con cada copa, agrietás su inocencia, y tomás por asalto sus defensas, ogro insaciable que descuartiza almas en el festejo de una noche de inconciencia.


sitio web:

http://www.leoniegaricoits.com/


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