Luis Carro



mencionado por:

Sebastián Rivero


menciona a:

Patricia Díaz Garbarino
Pablo Revetria


bio/biblio:

CARRO D’ERRICO, Luis Alberto.
Fecha de nacimiento: 22 de octubre de 1952
Lugar de nacimiento: Colonia del Sacramento (Uruguay)
Periodista, poeta, investigador histórico.

Corresponsal del diario La República (Montevideo), de las revistas “La Voz de la Arena” y “Estampas Colonienses” y del semanario “Vamos”. Conductor del programa periodístico “De ida y vuelta” por la emisora de radio FM Claridad (Colonia del Sacramento)

Libros publicados: “Instrucciones en Caso de Alegría”, “Perro de Balcón”, “ 28 Miedos Nuevos” (poemario colectivo) y Grupo Literario 15 de Febrero de 1811 (poemario del grupo homónimo).

Colaborador de las revistas literarias digitales: “La Siega” (Argentina), Azul@rte (Canadá), “Letralia”(Venezuela), “Cañasanta” (Canadá), “Remolinos” (México). Integra REMES (Red Mundial de Escritores en Español) y el Movimiento “POETAS DEL MUNDO”. Miembro del grupo cultural “U”, que edita la revista “U” (en papel) y actualmente el blog “Prohibido doblar en U”.


poemas:


entre dos luces al caer...

entre dos luces al caer la tarde el viajero desciende del autobús
en ese pueblo insomne esa escenografía suspendida
del aire después de haber cruzado carreteras desiertas
de polvo acre quemándole la garganta camina
pocas cuadras y se detiene frente a una puerta igual
a la puerta de calle de su casa de infancia
imagina a su madre en la honda sombra de los dormitorios
un revuelo de gatos déspotas entre malvones
presiona el picaporte se dispone a entrar y de pronto
retroceden los relojes la luz las casas todo se vuelve

.............................pozo de neblina

y ahí va otra vez viajero atornillado a ese asiento
de autobús que pasa como flecha perdida por carreteras
fugadas de los mapas sólo va en ese inacabable tránsito
nadie al volante la radio encendida con la misma música por horas
la voz del locutor que anuncia el nombre del próximo pueblo


Cuaderno del desmemoriado

Sobre esta hoja desierta como un cementerio a medianoche
de qué luna escribir en cuál de todos
los techos del desvelo.
Cómo saber si fue verdad el aire,
si el jazmín nada más que un simulacro,
si la palabra fuego ardió cuando hizo falta.
Dónde anotar los pájaros del horizonte roto,
la voz de una mujer
fugada
del espejo.
Tengo miedo de leer despedidas detrás de cada lluvia,
de creer una tregua entre banderas,
mientras la soledad - gusano endemoniado - nos perfora
la sombra.
O acaso es necesario pertrecharse contra
el roído muro de la infancia,
contra el primer silencio,
esa frontera incierta con papeles de prófugo.
Si es así, aquí me tienen, desarmado, desnudo
peregrino de la duda,
pidiéndole al primero que camine esta calle
que me responda
qué hago en el borde de la nostalgia en blanco.


No busques madre....

“El ángel que te cuida / se está muriendo acá...” (Grupo “La Renga”)

No busques madre zurcidora de soledad en fuga,
ni patios que despidan al que sale a tocar las costillas
de la muerte.
Aquí sólo hay botellas partidas
y un padrenuestro ilegal
en cada boca
de tormenta.
Descalza
en los canteros de la plaza,
la noche
limosnea
dos pasos
para un tango.


Abuela Ema

Abuela Ema colocó tierra negra en maceta y se sentó a esperar.

La llovizna
no le pidió permiso, no dijo buenas tardes ni de dónde
venía.

Simplemente
bajó al hondo silencio y allí se echó a dormir
hasta que un día,
sin saludo ni aviso
subió por lo más verde del recuerdo
un colibrí asombrado.

Abuela Ema ya no estaba en su silla de paja.

Una luz
recién hecha
bailaba
sobre el patio.


Canción de viajero

Un tren que tose sobre el riel de la tarde
atraviesa descampados y pueblos
con sus fogatas, sus carros cartoneros,
sus campanas de misa
a contracanto.
Se suceden letreros con nombres
de sitios imposibles,
techos caídos como párpados grises,
quintas
que multiplican
tomateras y bueyes.
Detrás de los cristales del vagón, va un muchacho,
cuaderno y lápiz
por único equipaje.
Anota basurales, terraplenes,
fábricas - esqueletos de fábricas en mitad de la nada -,
traduce
bicicletas y caballos,
caminos vecinales que él recorrería hasta hallar
en un recodo el río,
si no fuera que va inmigrante y mínimo,
a merced
de un tren que tose sobre el riel de la tarde.


sitio web:

http://prohibidodoblarenu.unlugar.com/

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