Teresa Amy



mencionada por:

Alfredo Fressia
Roberto López Belloso
Andrea Durlacher


menciona a:

Alfredo Fressia
Sabela de Tezanos
Tatiana Oroño
Andrés Echevarría
Roberto López Belloso
Álvaro Miranda
Aldo Mazzucchelli
Carlos Liscano
Roberto Echavarren
Roberto Appratto
Jorge Medina Vidal
Melisa Machado


bio/biblio:

TERESA AMY (15 de octubre,1950). Poeta y traductora nacida en Montevideo. Tiene el “Diplôme de Hautes Études, Option: Traduction”, de la Alianza Francesa, siguió cursos de lingüística en la Facultad de Humanidades, y de traductorado, también en la Universidad de la República (Uruguay), así como el curso de lengua y gramática checas para extranjeros en la Universidad Karlová de Praga, ciudad en la que vivió un año. Se desempeñó como docente de idioma español y de francés en la Universidad del Trabajo del Uruguay.

Poesía:

Publicó los libros de poesía “Corazón de roble: (Vintén Editor, 1995), Retratos del Merodeador y otros poemas (Vintén Editor, 1999), Cuaderno de las islas (Ediciones del Mirador, 2003) y Cortejo Mínimo (Artefato, 2005).

Textos suyos se incluyen en la Antología de poesía Cincuenta poetas uruguayos del medio siglo (1955-2005) (Gerardo Ciancio, selección, prólogo y notas). Montevideo: Archivo General de la Nación, Centro de Difusión del Libro, 2005.

Traducciones :

La editorial Ácrono, de México, publicó en 2002 su traducción de la primer antología en español titulada La más larga de las noches,.en colaboración con Alfredo Infanzón, de la obra del poeta checo Jan Skácel.

En 2003 esa misma casa mexicana editó su traducción, en colaboración con Lazar Manojlovic, de Lamento por Belgrado, del poeta serbio Milos Cernianski.

En su libro Cortejo Mínimo se incluye la traducción de Salón de la luna, del escritor macedonio Vlada Urosevic.

Actualmente se encuentra preparando (en colaboración) otras dos traducciones: una antología de poesía macedonia y una antología de poesía checa actual.


poemas:


Saudade de Knossos

a Alfredo Fressia

el rey Minos mandó pintar los frescos del príncipe y de
la rosa moderna, rosa magenta, rojo cereza
marfil japonés de María, Blue moon, Altissimo,
Masquerade, Bucaneer amarilla, Parade,
Hansa, Souvenir de Léonie, ramilletes de Cécile Brünner,
Viennot sombreada : Híbridas de Té, aprovechan
las mutaciones con un tallo muy largo, trepadoras antiguas,
costeras, cortesanas, achatadas, heredadas rosas antiguas
de robusta floración damasco aparecen a raíz desnuda,
los vientos fuertes les quiebran las ramas, los deseos,
en la arena gruesa se descomponen, en los conos,
injertos y trasplantes, se ve un pedazo de pie (silvestre)
En la Biblioteca del Emperador (entre seiscientos libros
sobre rosas), sobre la representación de la rosa, en
la estación de variedades de la Malmaison
también está la rosa putrefacta de la herida
la rosa de Hiroshima
la bella rosa audaz, ilícita y estéril amada del poeta

(De Cuaderno de las Islas, 2003)


Palabras en la Estudiantina

I

a Eduardo Faget, in memoriam

- ¿baila? -
y adelantás el cuerpo
para que no me niegue
tensa percibo
olor a brea mezclado con perfume
un cuello de camisa clara, mangas cortas
vestido a lo paisano, pienso,
y Xandre que había dicho
arrastrando con un dejo de envidia:
"la gente de zapatos blancos
baila bien"
miro la llama de la vela, arriba
en la capilla cavada en la pared
no es momento de pensar, pienso,
quién habrá ofrecido ese conjuro
para atraer qué sed
(esta noche voy a preguntarle
a Eduardo);
ponés las manos impacientes
en la mesa,
me levanto y estiro la falda
en la cadera:
en cuanto a vos
no te mimetices nunca,
me gustan a muerte tus zapatos.

de Corazón de Roble (Vintén Editor, 1995)


Postal


" y tú ? "
Único texto (de la tarjeta)
Me cuestiono - a veces ando
cuestionando -
me - que no dice " y vos ? "
y que la diferencia
está en dos copas
de vino:.......................uno para la noche, chambré,
otro picante (y pálido); en dos
guantes:...................uno en la mano que me
obliga la nuca,...............................y
otro que me alisa el vello
de la cruz; en
dos niñas:.................una que salta a la cuerda (cuando
paso), otra que se chupa
la mano en silencio. Y me mira. En
el reverso, un brazo desnudo entra
en los pliegues de un sillón. Sin remitente. Razón
de más para no contestar -
te.

del libro Corazón de Roble ( Vintén Editor, 1995)


2 re-creaciones de Teoría, de Wallace Stevens

I

Soy lo que me rodea. El bosque, manchas oscuras, husos, a través del rectángulo abierto en un muro de piedras. El lila de la noche atrás de todo. El zumbido de una flecha desde un caballo en comba por el aire a lo hondo del bosque. Es como lo rodeo. Los pasos callados por la alfombra. Una mirada en el sentido de su puerta. Un vestíbulo negro. La alpaca del collar, en óvalo deslizado en la madera a seis pasos. El lado izquierdo de mi cuerpo al levantar el brazo corriendo los altos cortinados de su lecho.
Estos son retratos del merodeador. Del que es lo que acecha.

II

Entonces te voy a mostrar unos retratos. Estoy en mi cuarto, percibo con fuerza la lámpara, las vetas de la puerta del armario, los verdes que surgen de pronto del bordeaux de la colcha, el montón blanco de papeles a tres cuartas, una corbata todavía anudada, un zapato negro como un barco manchado hacia un rincón, el cono esmerilado del licor; de pronto: un vaso. Tal vez una de mis manos. Sólo una. Sé que comprendes esto: lo contrario es cuando llegas y está el sombrero con tul en la mesita al lado de la puerta, tu par de guantes suaves, el llavero con emblema brillante. De esos procesos, a ti y a mí nos separa un vestíbulo negro. Y luego nos reencuentra el alto lecho en el que somos "los protegidos por cortinados".
Son sólo ejemplos para no irse.

del libro Retratos del Merodeador y otros poemas (Vintén Editor, 1999)


Una película del Este


fue altísima,
un torbellino sostenido de escorpiones
al centro debatiéndose y débil ya
por la succión en los muslos las piernas
formidables cazadores ajustaban las ligas como
a través de un tul petrificado pasaban
las imágenes ¿sería para siempre?
¿sólo esa noche? ¿la doble condición de casa y sangre?
¿muda? No había cañaveral hacia abajo ni
piedras firmes ni agua bendecida:
un estertor se disolvía y escapaba cada vez más fuerte
desde donde veía con tanta sed la copa: la medida del duelo
el hilo de un reflejo que iba penetrando
sin importar ya nada ya lejos sin remedio

del libro Cortejo Mínimo (Artefato editores, 2005)


contacto:

teresa.amy@gmail.com

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